El estilo Normcore surge en el año 2014 como tal, pero puede visibilizarse desde principios de siglo. Se tratar de vestir con prendas básicas y sencillas, tanto para el género masculino como el femenino, sin hacer distinción entre ellos. Representa el anti-estilo, dejando de lado las tendencias y remitirse a portar ropa convencional.
El origen del término yace en la novela de William Gibson, Pattern Recognition, donde la protagonista le tenía fobia a los logos, lo que la lleva a vestirse en contra de la moda. Paradójicamente, este estilo que llegó para romper con lo pre-establecido, termina convirtiéndose en una forma de vestir que las personas eligen desde la comodidad.
Vestir con características del normcore, significa utilizar la moda para encajar y no destacar. Quienes se sienten cómodos con este estilo, es porque no es una herramienta para diferenciarse de otro, sino que la vestimenta la conciben como un componente más que no implica nada en particular. Además, esta forma de vestir es otra manera de denunciar a las grandes cadenas de ropa que producen en cantidad de forma masiva y sin descanso, sin dejar lugar a la apropiación real por parte de la sociedad y el surgimiento de subculturas.
Zapatillas deportivas, vaqueros anchos, peinado desarreglado y la ropa holgada son algunas de las características del normcore. Además, este estilo es bastante sostenible, al evitar el descarte de indumentaria de una temporada a otra debido a que cambió la tendencia. Lo esencial es contar con prendas básicas que puedan adaptarse a todo tipo de espacios y momentos.
El minimalismo y la simplicidad, evitar abusar de las prendas y el maquillaje, la comodidad por sobre todo. Romper con la concepción de que seguir una moda es imprescindible para poder sostener una personalidad. Es un estilo cool y juvenil.