En un giro que algunos de sus usuarios menos esperaban, Shein ha actualizado su política de envíos gratuitos, y parece que no ha sido bien aceptada. Una clienta recurrente sorprendida, es que ahora se deben añadir productos por valor de al menos 59 euros para evitar los gastos de envío si adquieres artículos del hogar, una escalada notable desde el umbral anterior. Y si la adición en tu carrito se limita a ropa, respira tranquilo, ya que la barrera baja a 29 euros. Lo que no se sabe si es temporal o se quedara a ese precio.
La noticia ha caído como un mazazo entre los usuarios habituales de la plataforma, acostumbrados hasta ahora a unas condiciones más flexibles y a unos días de que sea black friday. Espoleados por la frustración, muchos han recurrido a las redes para compartir su malestar. A través de posts en Instagram y tweets cargados de asombro y descontento, la comunidad de Shein se muestra dividida. Mientras unos buscan justificación en posibles razones empresariales, otros apuntan a que el cambio ha desinflado su entusiasmo por comprar en la plataforma.
Otro problema que se le ha acumula a Shein, los cupones
«Promo inexistente», ese es el mensaje recurrente cuando se intenta aplicar los tradicionales cupones de descuento en Shein. En una aparente sequía de promociones, los usuarios han notado que ni siquiera los códigos de influencers, confiables hasta la fecha, están teniendo el efecto esperado. Esta repentina inmunidad de Shein a los descuentos ha dejado a muchos con un sabor amargo, preguntándose si se trata de un error técnico o de una nueva estrategia para maximizar las ganancias.
Esta cadena de decisiones poco populares ha llevado a una migración de clientes hacia rivales emergentes como Temu, provocando una posible reconfiguración del paisaje de la moda low-cost. Las plataformas alternativas, detectando la oportunidad, han comenzado a redoblar esfuerzos para captar a los seguidores desilusionados, ofreciendo condiciones más atractivas y restableciendo el equilibrio de poder que Shein, hasta ahora, había mantenido con firmeza. La pregunta en el aire es: ¿logrará la plataforma navegar a través de esta tormenta de descontento sin perder su reputación y lealtad de marca o será testigo de una fuga masiva?